viernes, marzo 19, 2004

"Casas uncensored" (columnas al tun tun de Fabi�n Casas). Chapter 4.

EL RETRATO DE DORIAN SAER

Y dicen las p�ginas del libro que m�s leo yo: �Habr�a que cerrar el mundo al menos durante dos o tres generaciones� (L.F. Celine). Recuerdo esta cita del maldito franc�s mientras hojeo los diarios con las fotos del atentado en Espa�a. A los espa�oles les hicieron lo que ellos les hacen a los toros casi todos los fines de semana. A su vez, el ej�rcito espa�ol bombarde� �por las dudas� al pueblo iraqu� (donde tambi�n se las traen en materia de genocidios). Bush, Hussein, Aznar: todas declinaciones del verbo matar por codicia, por estupidez. La verdad, no hay ninguna posibilidad de buen final. Sin embargo, la gente sigue yendo de la cama al cine. Yo, por ejemplo, en una noche calurosa del �ltimo fin de semana me sent� a ver la pel�cula �Retrato de Juan Jos� Saer�. Y sent� un poco de verg�enza ajena, un poco de aburrimiento, un poco de curiosidad y, s�lo en una ocasi�n muy precisa, algo de inter�s. El bendito documental empieza con una imagen de Saer sentado a la ventanilla de un tren viendo al paisaje correr hacia atr�s. El documental mal�simo y pretencioso sobre Jacques Derrida empezaba igual. Parece que es una verdadera tentaci�n sentar a un escritor en un tren o un micro. Parece que eso quiere decir algo. Deber�a estar catalogado como un recurso t�cnico para documentales tipo �Noche americana�. Bueno, Saer camina por Par�s, visita a sus vecinos, entra en un librer�a, etc. Estamos viendo al Saer cotidiano... Despu�s la c�mara se instala en la casa del escritor para, como la c�mara de Gran Hermano, filmar la intimidad de la �ltima cena del autor de Cicatrices antes de dejar Par�s para volver a Buenos Aires de visita. Y ac� pasa una cosa curiosa. M�s avanzada la pel�cula, dos actores van a �actuar� un texto de Saer (discusi�n acerca del t�rmino �zona�). Lo curioso es que los amigos de Saer, que cenan con �l y que tratan de ser espont�neos a pesar de la c�mara, �act�an� bien. En cambio, los dos actores que sin ninguna duda est�n actuando lo hacen muy mal. Otra curiosidad del film es que a pesar de que Saer se encarga de decir que Cort�zar tiene opiniones pol�ticas muy boludas, el documental tiene una estructura cortazariana, dividido entre el lado de all� (Saer en Par�s) y el lado de ac� (Saer en Argentina). Tampoco falta el asado saeriano, verdadero fundamento ontol�gico de la ficci�n del autor. Y las intercaladas reflexiones de los intelectuales amigos: Sarlo, Beceyro, Hugo Santiago. De todo, lo mejor, en este plano, es el di�logo plat�nico que sostiene con Mar�a Teresa Gramuglio, quien no pretende hacerse la �inteligente� y que tampoco le rinde una pleites�a alarmante a Saer. Tanto es as� que le llega a decir, a prop�sito de la reedici�n de Cicatrices, ��cu�ndo volver�s a escribir as�, Juani?�. Lo mejor del documental es un largo plano sobre unos caballos que pasean por el agua, seguidos de unos chicos de pueblo, mientras Saer los mira a la sombra de un �rbol. Y para los fan�ticos de su obra, cuando Saer, en la casa de sus hermanas, sube a dormir la siesta y uno descubre que esa es la casa donde Tomatis vive con su hermana bajo los efectos de �la amenaza� en Glosa y Lo imborrable. Consejo: lo mejor sigue siendo leer a Saer. Y que no se hable m�s.

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