viernes, octubre 22, 2004

Una noche con Sim�n el agradable y D Champions, by Fabi�n Casas

Temprano, llegamos al Luna Park. Poca gente para ver a David Byrne. Entramos Lingenti, Mascherano (Guadalupe, mi mujer, llamada as� porque mete mucha presi�n en el medio) y yo. No bien nos sentamos (Lingenti y yo deglutimos unos panchos previamente) se apagan las luces y aparece en el escenario un clo(w)n de David Byrne y canta con su grupo un par de temas. Mascherano se va adelante a sacar fotos (las que vamos a postear en breve). Aparece, detr�s del escenario, pero bien visible para todos (de eso se trata) el doble de David Byrne que el cantante de los Talking Heads utiliza en las giras. Cumple la funci�n pol�ticamente correcta de escuchar a las bandas que tocan antes y que posiblemente Byrne "apadrinar�a". Le comento a Lingenti que mejor hubiera sido invitar a alguien que no sonara deudor de Byrne (por ejemplo los Natas, Pez o DJ Campe�n, la aparici�n m�s grossa de la m�sica argentina de este a�o) y as� experimentar el choque de los intelectuales de la primera fila con una m�sica refractaria y extra�a. Pero todo sucede en calma. Entran los j�venes de Catupecu Machu -actuando de p�blico-, haci�ndose los Catupecu Machos. La testosterona, a mil. Abril se fue y ya s� por qu�. Finalmente?David Byrne?Un show exacto, impecable. Sobre todo por su presencia esc�nica (con un ligero aire a Beckett). Y, quiz�s, s�lo para lamentar esos violines recargados que sonaron de m�s en algunos temas. Parece que a los m�sicos, a cierta edad, el viejazo les llega con cuerdas a full (pienso en Kitano Veloso en alm�bar). Pero cuando canta las canciones de los Talking Heads la rompe: una voz incre�ble, y se nota que el tipo disfruta arriba de un escenario. En un momento dice "la revoluci�n va a llegar miesntras estemos dormidos" y a m� me viene a la mente mi amigo el Mago Ferrei Oz despu�s de un agotador d�a de trabajo. Despu�s, con Psychokiller de fondo (y ac� s� los violines garpan, pero -como dice Lingenti- este tema es indestructible) me acuerdo de mi amigo Mariano Hamilton. De todas formas, creo que anoche nosotros estuvimos m�s cerca de escuchar a los Talking Heads de lo que lo van a estar los que vayan a escuchar a The Doos (por los Doors) pr�ximamente. Termina Byrne, vamos a encontrarnos con Strozza en La Chicharra, donde toca Santi Amor & D Champions. Es decir, David Byrne, en nuestra noche, es soporte de los Champions . Y el tr�o la rompe: �practican una psicodelia al tun tun que envidiar�an los Natas! Llegan a La Chicharra Naza Chong -no en su forma virtual, sino de carne y hueso- y �we are the Champions!. Strozza, desde una esquina del tugurio, vaso en mano, arenga: "El show del a�o". Que no se hable m�s.

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