martes, enero 25, 2005

Nuestra Rep�blica Croma��n, by Fabi�n Casas


Tal vez recuerden una escena central de El Eternauta, de Oesterheld, donde Juan Salvo se pelea cuerpo a cuerpo con un Mano y lo vence, provoc�ndole la muerte porque, como le cuenta despu�s el Mano en su agon�a a El Eternauta, �l sinti� miedo al verse atacado y eso hizo estallar la gl�ndula del terror que los Ellos le hab�an injertado para esclavizarlos.

El Mano -que pasa de golpe a ser un hombre dulce y melanc�lico- le cuenta a Salvo que antes viv�an en un planeta hermoso, en completa armon�a, hasta que llegaron los Ellos y los hicieron bolsa, domestic�ndolos.

�Qui�nes son los Ellos?, le pregunta El Eternauta. Y el Mano dice "Ellos son el odio c�smico. Ellos quieren para s� el Universo. Ellos nos obligaron a destruir y matar a nosotros, los Manos, que s�lo viv�amos pensando en lo bello".

Acto seguido, ya sintiendo la muerte, el Mano entona su canci�n de despedida: "Minnio Athesa Eioioi?". Nosotros vivimos en una ciudad parcelada en clases sociales que se detestan entre s�. Es m�s, creo que la mayor�a vive encerrado en m�nadas de un ambiente sin conexi�n al exterior. Pero, como dice la propaganda de Telef�nica, suponemos que es el celular lo que nos comunica.

No es necesario que se mueran 200 personas ni que secuestren a toda una generaci�n para darnos cuenta de que la cosa no funciona. Si hasta el peque�o recinto de comments de este blog demuestra que la estupidez es el manager m�s solicitado.

Si alguien dice algo, se escarba en la historia de ese alguien para ver c�mo desacreditar lo que dice. Muchos terminan peleando con su propio grito. En Buenos Aires hay milllones de personas que mueren hacinadas en los hospitales sin los elementos m�nimos indispensables. Yo lo s�. Para m� no hay diferencia entre doscientos y uno. No hay diferencia entre j�venes y viejos. Cada uno tendr�a que vivir lo que le toca y morir dignamente.

Un joven se pone en pareja a los quince a�os, se reproduce y lleva a su beb� a un concierto de rock en un lugar inflamable. Para muchos, la �nica utop�a es que su equipo de cabecera d� la vuelta ol�mpica.

Sin trabajo, sin estudio, sin comida y sin vivienda digna, una de las cosas que se pueden hacer es prender una bengala y arrasar con todo. Cuando s�lo queda funcionando el animal, �ste es capaz de hundir a su mejor amigo con tal de no ahogarse. Formamos una sociedad que privilegia la exposici�n y que te remarca que lo que no sale en los medios no existe.

Ah� est� Ibarra, ataj�ndole penales a Pergolini en la tele. O el misterioso Solari larg�ndole los perros al que se acerque sin estar acreditado. Nadie se toma el trabajo de producir esp�ritu en los dem�s. La gl�ndula del terror que nos injertaron es la del fascismo. Y parece que funciona bien.

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