miércoles, marzo 02, 2005

Taken

La no muy original premisa de Taken es que todo es verdad: las teor�as conspirativas sobre c�mo el gobierno oculta la existencia de alien�genas, las leyendas urbanas acerca de las escalofriantes acciones de extraterrestres de aspecto humano, los titulares de los tabloides sensacionalistas consagrados a las abducciones reiteradas, los nacimientos de h�bridos de terr�colas y aliens o los choques de OVNIs en el desierto o el triangulo de las Bermudas. Todo esto se mezcla sin demasiadas alteraciones en una historia que comienza en 1947, cuando una nave extraterreste se estrella en Roswell, Nuevo M�xico, e inaugura las relaciones bilaterales entre humanos y alien�genas. Tres familias y tres generaciones son tocadas de cerca por este evento: la del capit�n Russel Keys (Steve Burton) que, en medio de la segunda guerra, es el primer abducido -sus descendientes correr�n el mismo destino-, la del mayor Owen Crawford (Joel Gretsch) que s�lo ve en los OVNIs un trampol�n hacia el poder y la de Sally Clarke (Catherine Dent), una mujer que tiene un encuentro tan cercano que la deja embarazada.
Dado que la serie se propone incluir toda la mitolog�a OVNI y dado que esta mitolog�a se nutre, a su vez, del cine y la literatura de ciencia ficci�n, Taken termina pareciendo un collage de pel�culas conocidas. Es casi imposible encontrar una escena y mucho menos una idea que no haya aparecido, primero en buena parte de la producci�n de ciencia ficci�n clase B de los 50 y, luego, en Encuentros Cercanos, ET, Starman, D�a de la independencia u Hombres de negro, por citar s�lo los t�tulos m�s conocidos. De este modo, los extraterrestres son los consabidos hombrecitos grises de ojos enormes y cuerpos raqu�ticos que conquistaron el viaje interplanetario pero no el vestido. Tambi�n leen la mente, pueden adoptar cualquier forma (cuando toman forma humana tambi�n materializan milagrosamente algunas ropas), secuestran gente a la que someten a torturas sin objeto aparente, y tienen una agenda secreta que no excluye la dominaci�n del mundo. Tal vez la intenci�n haya sido representar un imaginario tan popular que parezca salido del inconciente colectivo, pero el gui�n de segunda categor�a lo convierte en no mucho m�s que un conjunto de lugares comunes de g�nero.
La mala calidad de la escritura mina indefectiblemente el veros�mil y nos cierra la puerta de entrada a este mundo. Aqu�, los personajes nunca tienen las reacciones m�s cre�bles, sino las m�s convenientes para el desarrollo de la trama. Ninguno pregunta lo l�gico, lo que est� en la cabeza de espectador, sino que los di�logos se limitan a dar pie a la informaci�n que debe transmitir el personaje. Es m�s, para economizar, todos se convencen sin resistencia alguna de que cada evento extra�o tiene origen en seres de otro mundo. Nunca piensan que puede ser una confusi�n, un m�todo de desinformaci�n, una alucinaci�n colectiva o una jodita de Marcelo. Cada suceso es subrayado desde una voz en off de ni�a, narradora ?ovnisciente? totalmente innecesaria porque no hace m�s que repetir lo que ya establecen la im�genes. El mayor argumento para no ver Taken, sin embargo, no son estos problemas sino que, aunque uno nunca haya o�do hablar de esta serie en su vida, seguro que ya la vio.

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