miércoles, abril 27, 2005

En exclusiva desde Brasil: Elogio del aburrimiento

Pablo dice:

Hola. Hace 10 dias que no me conecto al mundo. La ultima vez fue el lunes 18, y las noticias de ese dia eran:
- Que comenzaba el conclave.
- Que empezaba el juicio a Calamaro por el porrito.
- Que el CASLA habia perdido con Banfield y que Veira estaba en la cuerda floja.
- Y que (aqui en Brasil) el Fluminense se habia consagrado Campeon Carioca con un gol de nuca a lo Guerra en el minuto 47 del 2do tiempo.

Hoy escribo esto desde Paraty, camino a Rio, despues de 10 dias en un paraiso llamado Praia do Sono. Mi rutina fue cafe-caminata-playa-lectura-cerveza-playa-almuerzo-siesta-playa-tragos-cena-tragos, todo matizado con las inevitables connotaciones del lugar en cuanto a vicios legales e ilegales. Dije lectura, y de los cuatro libros que me traje, dos son obras maestras: Desesperacion de Nabokov (todo lo que se quiera saber sobre el famoso Giro Nabokoviano esta en su capitulo XI, gracias totales a Fabian Casas por el regalo!) y 13,99 Euros, de Frederic Beigbeder (recomendacion de Hernan). Y esta frase sentencia lo que fueron estas jornadas para mi. Transcribo:

El problema del hombre moderno no radica en su maldad. Al contrario, en general y por razones practicas, prefiere ser bueno. Simplemente odia aburrirse. El aburrimiento le horroriza, cuando en realidad no existe nada mas construtivo y saludable que una buena dosis cotidiana de tiempo muerto, de instantes mortalmente aburridos, de muermo intenso, solo o en compa�ia. Octave lo ha comprendido: el autentico hedonismo es el aburrimiento. Solo el aburrimiento permite disfrutar del presente, pero todo el mundo parece apuntar en la direccion contraria: para no aburrirse, los occidentales huyen por mediacion de la tele, del cine, de Internet, del telefono, de los videojuegos o de una simple revista. Nunca estan en lo que hacen, solo viven por poderes, como si limitarse a respirar aqui y ahora fuera algo deshonroso. Cuando estamos delante de la television, o de un portal interactivo, o llamando por celular, o jugando con nuestra Playstation, no vivimos. Estamos en un lugar distinto del sitio en el que realmente nos encontramos. Quizas no estemos muertos, pero tampoco puede decirse que estamos vivos. Seria interesante calcular cuantas horas diarias pasamos asi, fuera del instante en el que estamos viviendo. En otra parte distinta de aquella en la que nos encontramos. Todas esas maquinas conseguiran inscribirnos en la lista de los abonados ausentes y sera muy dificil evitarlo. Todos los que critican la sociedad del espectaculo tienen una TV en casa. Todos los que desprecian la sociedad de consumo tienen una tarjeta Visa. Nada ha cambiado desde Pascal: el hombre sigue huyendo de su angustia a traves de la diversion. Solo que la diversion se ha convertido en algo tan omnipresente que ha reemplazado a Dios. Como huir de la diversion? Enfrentandonos con la angustia.
El mundo es irreal, salvo cuando es mortalmente aburrido.
Octave se aburre con deleite bajo su cocotero; su felicidad consiste en observar como dos saltamontes se sodomizan sobre la arena mientras farfulla:
-El dia que todo el mundo acepte aburrirse en esta Tierra, la humanidad estara a salvo.

Ma�ana estare en Rio. Ahora, a abrir los mails, a ver el diario: a contaminarse. Vasos y besos para todos.

PS: Llamado a la solidaridad: si alguien sabe de buenas disquerias en la Cidade Maravilhosa, hagamelo saber por este lugar. Muito obrigado.

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