Bajo el nombre de DKT/MC5, tres de los sobrevivientes de MC5 siguen presentándose en vivo. Ahora giran por España, acompañados por los cantantes Handsome Dick Manitoba (The Dictators) y Lisa Kekaula (The Bellrays) y el guitarra Adam Pearson (Sisters of Mercy). Y dieron algunas notas. Transcribimos algunas de las declaraciones de Wayne Kramer a un diario español:
"Todavía creo en el poder político de la música. El arte tiene que desempeñar un papel importante tanto en nuestra cultura como en la escena política. Somos mensajeros"
"Estuvimos expuestos a ideas muy avanzadas en el momento adecuado. Aprendimos de la primera generación de bandas británicas y también de las tradiciones originales americanas del blues y el Rhythm and blues, pero necesitábamos más, necesitábamos algo nuevo. Cuando escuché a Cecil Taylor, Sun Ra, Albert Ayler o John Coltrane, supe que eso era justo lo que andaba buscando"
"El punk significa romper con la ortodoxia, ser en todo momento un enfant terrible. No es un concepto necesariamente asociado a las guitarras eléctricas, los peinados de cresta y los pantalones de cuero. Para muchos, el punk es sólo una herramienta de marketing. O una tendencia fashion. Yo siempre he estado más interesado en el estilo que en la moda. La moda es temporal, el estilo es eterno. La herencia real de nuestro mensaje debería ser más experimental. La mayor parte de grupos jóvenes que reconocen nuestra influencia parecen haber perdido el elemento clave. Lo que hicimos nosotros fue encontrar nuestro propio sonido. Sun Ra, Coltrane, Picasso y Sartre también fueron punks".
"Estoy trabajando en la música de una película que investiga el uso de prisioneros federales para experimentos con las drogas por parte del Gobierno americano. Habla, en suma, de la guerra más larga que en la actualidad sigue manteniendo el Gobierno de los Estados Unidos: la guerra contra la droga. En mi país hay 400.000 presos por delitos no violentos relacionados con la droga".
Kramer habla del documental televisivo "The narcotic's farm", en cuya banda sonora, en clave de jazz experimental, está trabajando hoy. Kramer estuvo dos años en prisión después de ser detenido en 1975 cuando intentaba venderles cocaína a dos agentes federales de incógnito. En la cárcel coincidió con su bajista Michael Davis, también condenado por delitos relacionados con la droga. La cadena televisiva VH1 invitó este año al guitarrista a rememorar esos años oscuros en su serie documental en cuatro entregas "The drug years".
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