viernes, enero 18, 2008

Pan dulce Marcola, by Fabián Casas

¿Cuántas bandas pueden sobrevivir a su caricatura? No bien ponemos el texto, crece la retórica, como el halo del dulce de membrillo, el olor de las medias usadas, la línea de transpiración en las camisas...

Diríamos que hay un excedente positivo y un excedente negativo. Por un lado, la caricatura toma el poder y la banda no puede más; por el otro, hay un poderío creativo que escapa a lo que la banda se proponía, algo que la supera y la engrandece.

Hay muchos "artistas" que me parecen simplemente caricatura. Por ejemplo, el hip hop argentino. ¿Qué carajo es eso? Unos tipos que mueven las manos como El Hombre Araña cuando larga la tela o -en una versión aún peor- como Diana Maggi haciendo "soy una vieja loló" en Matrimonios y algo más. ¿Alguien la recuerda?

Lo cierto es que el imaginario de estos muchachos sucede en una especie de second life cuyo epicentro parece ser los Estados Unidos. Por lo general -al menos los que conozco- viven en barrios altos de la ciudad pero reivindican una energía gangsteril que haría morir de risa a Marcola, el capo de tutti capi detenido en la prisión de máxima seguridad del Brasil y quien posiblemente podría ser el mejor escritor brasileño vivo y el tipo más malo del mundo de verdad. Marcola es la distopia total: googléen su nombre y busquen sus mensajes dantescos desde la cárcel. Y después, si pueden, rapéenlos.

También está la cumbia villera o la cumbia a secas. Hace rato que vengo escuchando la reivindicación de esta música retrógrada y conservadora. La misma estructura de la cumbia, su tic tac repetitivo que dice "que-den-sé en el molde, que-den-sé en el molde". Aún más que los evangelistas enviados por la CIA, parece ser la cumbia la barra de contención contra la protesta social que debe encarnar la música de los excluidos. Pero, ¿quién en el hip hop está excluido? ¿No suelen ser auspiciados por las marcas de celulares? ¿Y puede querer cambiar su mundo un tipo que repite mentalmente la misma cumbia día a día antes de dormirse? Un viejita, haciendo el gesto de viejita con su mano sobre la pera me parece más auténtico que un rapper millonario torciendo la mano como si tuvieran una enfermedad muscular degenerativa. ¿No es un gesto un poco forzado?

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