jueves, junio 19, 2003

��NUEVO FORMATO: REALITY BLOG!! recon�zcalo por el signo R! (reality alert!)


�Las aventuras amorosas de Marito Moliner!

Marito Moliner es un alter ego. En su identidad secreta es un amigo de muchos de nosotros. Nos comprometimos a no revelar su nombre. As� como cumplimos con �l, tambi�n cumplimos con nuestros lectores, hambrientos de miseria real: �garantizamos que todos sus relatos son rigurosamente ciertos, aut�nticos fragmentos de su experiencia semanal! Algunos nombres han sido cambiados para proteger a los involucrados. Ning�n ser humano (salvo Marito) ha sido da�ado durante la realizaci�n de este posteo.

R! Primera entrega: cita a ciegas

�Te preguntar�s qu� pas� con la preciosa muchacha cuyas fotos te mostr� el pasado jueves? Bueno, finalmente consegu� entradas para llevar a una chica que no conoc�a, con la que solo hab�a intercambiado un par de mails, al recital de (estrella pop) -a quien no conoc�a tampoco. La conclusi�n luego ser�a: nunca te arriesgues con desconocidos. El preludio fue como siempre una mierda: buscar a la mina de prensa, negociar las entradas, y sin conocer a la candidata. Todo empez� mal: el recital no empezaba a las ocho y media (como me avisaron), sino a las diez. As� que sal� a dar una vuelta para ver si lograba encontrar a la susodicha, calmar su �nimo de fan, y hacer tiempo hasta que empezara el... show. En medio del pendejer�o agolpado la veo y la saludo. "�Vos sos Marito?", me pregunta. "S�", respond� con voz temblorosa, aunque en realidad hubiera querido decirle "no". Te juro. Desde el vamos supe que no era el amor de mi vida. Porque aparte de ser muy distinta de su foto (con una enorme dentadura desencajada y ojos exorbitados), a poco de caminar percib� un extra�o y aborrecible perfume. Parec�a vino fermentado, ideal para espantar gente. "Tenemos tiempo", me dijo. "�Quer�s que vayamos a tomar algo?", pregunt�. "No", pens�. "S� bueno, a ver... Ad�nde d�nde podemos ir", le respond� mirando a un lado y otro de la calle, en realidad anhelando que alguna esquina me chupara. "Creo que all� hay un (cadena de panader�as)", dijo. "Ah dale, vamos". Al llegar a la esquina su p�lpito (como su olfato) hab�a fallado. Pero en cambio hab�a un coqueto (cadena de caf�s), y entramos. Desde ya: no estaba dispuesto a soportar una dosis de (estrella pop) con este regalo del cielo. Y trat� de exponer mi decisi�n diplom�ticamente. Al sentarme, y en tono circunstancial, le dije: "Creo que no voy a entrar, jaja. Es que hoy escuch� algunos temas y la verdad no me gustaron mucho". La mina puso cara de orto; y lo confirm� al rato porque tras hablar un par de pavadas me pregunt�: "�C�mo? �No te gusta?" Lo que sigui� fue un intento por hacer tiempo sin desmayarme del olor. Le ofrec� una pastilla Halls, y mientras le dur� en la boca result�. Pero estaba escrito que la noche no iba a ser f�cil. Tras contarme sobre su laburo de (trabajo profesional altamente capacitado), comenz� con la sanata period�stica. A su altura yo era un poroto. La mina tuvo un programa radial y hasta fue premiada (de manos de cherquisvialo, seg�n dijo); le hizo reportajes a Dios y Mar�a Sant�sima, y tambi�n escribi� para varias revistas de clubs. Cuando entr� en el terreno de la m�sica ya quer�a levantarme. Me pregunt� si no iba a ir a la conferencia de prensa de Bandana, y al responderle que no me aconsej� muy seriamente que lo haga. Medio me dio a entender que deb�a enfilar para el pop, porque el rock estaba muerto. Ten�a raz�n, tan muerto como mis esperanzas laborales y amorosas. Yo ya le estaba creyendo. Ten�a encima El Estado Absolutista de Perry Anderson y tuve ganas de decirle "mi futuro es la historia", pero cargarme solo era demasiado. Luego de contarme sobre su decisi�n de votar a Macri ("es re-buen tipo"), y cuando ya estaba medio inconciente del embole, consult� su reloj y descubri� que eran las diez y veinte. "�Vamos a llegar tarde!", dijo. Al cruzar camino al teatro el vaho volvi� a azotarme. Llegamos y la mina de War Press me dio las entradas. Yo entregu� ambas a la candidata; una arriba de la otra, como si fueran solo una. "Dale, entra un cachito", me pidi�. "Bueno, un cachito". �Para qu�? El calvario se triplic�. Una vez sentado al lado de ella, con (estrella pop) sonando a tope y un rugido de fans haci�ndole coro, sent� que hab�a llegado al fondo del absurdo. Entr� a re�rme solo y trat� de que no se diera cuenta. "Algo est� funcionando terriblemente mal", medit�, con El Estado Absolutista apoyado en las rodillas. Para colmo, el olor era m�s que insoportable. Lo que hab�a consumido en (cadena de caf�s) parec�a regresar furioso de mi sistema digestivo cuando por suerte la candidata solicit� m�s Halls. Le hubiera dado el paquete entero, mir�. Pens�: "Voy a aguantar un par de temas y me las pico". ���Para qu�!!! Cuando me inclin� a decirle que estaba y�ndome, respondi�: "�Qu� te pasa? ���Es que te incomoda mi presencia??? Mir� que yo soy muy frontal, �eh!..." "Noooo, est� todo bien", le dije con una sonrisa que, de verla, me habr�a hecho llorar. "Es que, como te dije antes, no me gusta esto. Adem�s b�sicamente (le dije b�sicamente; �por qu� estaba hablando as�?) hice todo esto para vos." "Bueno, pero me gustar�a verlo acompa�ada", insisti�. As� fue como me qued� a ver todo el recital. Que por suerte, no dur� demasiado. Al parecer, (estrella pop) estaba tan horrorizado de su p�blico p�ber como yo de mi candidata, y al cabo de cinco temas se mand� a mudar. Acompa�� a la candidata hasta la parada del colectivo, y me sugiri� una pr�xima salida al cine. �Volver� a llamarme?
CONTINUARA

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