lunes, abril 26, 2004

"Casas uncensored" (columnas al tun tun de Fabi�n Casas). Chapter 5.

Tagebuchen: fragmentos de un diario
Tomas�n, Lisandro Alonso y el Se�or Blumberg

Viernes-S�bado. Madrugada. Despu�s de ir a la casa de M�nica y C�sar a cenar, me encuentro con Pol Strozza para ver la pel�cula de los Reynols. Ya en el Abasto (lugar que detesto para ver pel�culas), me entero de que hay ah� un festival de cine independiente y de que este documental forma parte de la programaci�n. A Reynols lo ten�a por notas en los diarios o por cosas que me hab�a contado Pablo Schanton (quien en la pel�cula la rompe). The movie me result� muy entretenida. Es un documental austero y preciso, con buena data de archivo (las joyas de Reynols en estudio con el doctor Socolinsky o con L�a Salgado) y las intervenciones del incre�ble Jazzy Mel, diciendo que �Reynols es la verdad y el camino�. Me llam� la atenci�n la forma spinetteana de hablar de Eduardo Mart� y la objeci�n que sobrevuela buena parte del documental sobre si los dem�s Reynols se est�n aprovechando de Tomas�n, cuando, en realidad, queda claro que Tomas�n se est� aprovechando de todo el mundo. Esta pel�cula me trajo a la memoria un largometraje franc�s que se llama �El octavo d�a�. Ah� tambi�n trabaja un chico down junto a Daniel Auteuil. Cuando al chico lo premiaron por su actuaci�n con un C�sar, se arm� una pol�mica porque muchos cr�ticos dec�an que el muchacho no actuaba de mog�lico, sino que era mog�lico. Con s�lo ver la pel�cula uno se da cuenta de que ese pibe es mog�lico y que adem�s est� actuando muy bien. Por otro lado, creo que los Reynols son una banda que ocupa un lugar puramente conceptual. Cumplen el cometido de se�alar un l�mite y de producir preguntas en quien los escucha: �Qu� es esto? �Esto es m�sica? �Me est�n gastando? �Tengo el coraje de darles la derecha? Preguntas todas que, a lo largo de la historia de las vanguardias, siempre alguien se hizo sobre otros artistas. Y tambi�n Tomas�n, no hay duda, fascina como le fascinaban los freaks a Dianne Arbus.



Domingo a la tarde. 18:30. Otra vez en el bendito festival, mirando ahora Los Muertos, de Lisandro Alonso. Ya hab�a visto La Libertad, que me hab�a gustado mucho. La pel�cula no me produjo la conmoci�n de la primera. Es muy parecida. Lo que s� comprend� mirando el cine de Alonso es que los �rboles no se mueven. De la pel�cula, me quedo con una escena que me impact�. Cuando el protagonista mata de verdad a una cabra que hab�an puesto a la orilla del r�o para eso, para que la maten. La primera certeza que tuve viendo esa escena (�era necesario matar a alguien para filmar?) es que el ser humano es el ser m�s depredador e imb�cil del planeta. Y esto dispar� un pensamiento fractal, casi como descubrir la p�lvora: el humanismo es la filosof�a de la raza que domina el planeta. Seg�n la ilusi�n del humanismo, una cucaracha y un hombre no valen lo mismo. Pero este pensamiento, no bien uno lo pone entre par�ntesis, hace agua por todos lados. Lo cierto es que el oprimido y el opresor est�n construidos con el mismo barro. Siempre hay un grupo dominante que considera que puede hacer lo que quiera con la vida de otros (Lisandro Alonso con la cabra, la dictadura militar con los �subversivos�, etc). Cuando termin� la proyecci�n, Alonso cont� que hubo escenas que el protagonista se neg� a filmar (por ejemplo, ba�arse desnudo frente a la c�mara) y que por eso tuvo que cambiar el gui�n. Como la cabra no habla, is dead. En tiempos antiguos se pensaba que uno no ten�a que negarse a matar a un animal para comer, ya que el animal se �ofrec�a� para eso. Y era un honor. Castaneda tiene todo un cap�tulo de viaje a Ixtl�n sobre este tema. A m� me impact� vernos tan burgueses, comiendo pochoclos con el aire acondicionado del Hoyts y que el saldo de eso sea, entre otras cosas, una cabra tamuer por amor al arte�

Domingo a la noche. Madrugada. Cena con Lingenti, Mariano del Aguila y Pol Strozza. Discusi�n sobre Blumberg. Yo creo que hay que bajar un cambio con las cr�ticas duras a este hombre. Creo que no tenemos por qu� justificar lo que dice (muchas cosas son sencillamente demenciales), pero s� podemos tratar de comprender por qu� las dice. Blumberg es un emergente de lo peor de este pa�s: la clase media. Pero no hay que olvidar que Blumberg fue creado (as� como los ladrones que mataron al padre de Bruno D�az crearon a Batman) por unos asesinos. Criminales que responden a resortes del poder (iba a escribir resortes oscuros pero me pareci� una tautolog�a). Y Blumberg puede moverse como pez en el agua en un pa�s que est� en quiebra. Un pa�s donde es com�n que mueran chicos por hambre (y no hay ninguna marcha), un pa�s sin leyes o con leyes con privilegios y donde la mayor�a de los asesinos de la dictadura caminan por la calle. Entonces la �nica que te queda es el escrache (algo horrible y violento tanto para el escrachado como el escrachante). Por otra parte, la baja de imputabilidad hasta los 14 a�os ya la aplic� el Proceso de Reorganizaci�n Nacional en la noche de los l�pices.
Intentar sentir el dolor de los dem�s es una tarea casi imposible. Pero habr�a que practicarla m�s a menudo. No salir a marchar porque me puede pasar a m�, si no salir porque quiero oponerme a algo que est� mal. La verdad, salvo contadas excepciones, para m� la raza humana se va al descenso sin escalas�

Lingenti cen� milanesa a la napolitana, Strozza tortilla a la espa�ola y Mariano del Aguila pollo al horno. Yo piqu� de todo un poco. Despu�s, con Lingenti, en consonancia con el tema de la seguridad, comimos un postre vigilante.

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