jueves, abril 15, 2004

Inauguraci�n, versi�n 2.0

HERNAN dice:
M�s abajo esta la versi�n de Pablo. Esta es la m�a (escrita sin conocer la anterior). Sigan leyendo cuando terminen este post y tendr�n un involuntario Rashomon del primer d�a del festival.

Vino el fr�o, vino el festival: estoy contento. La combinaci�n cine, fr�o, alg�n snack, lluvia y m�s cine es casi todo lo que puedo pedir de este oto�o.
Ayer fue la inauguraci�n. Strozza me cont� que, en un momento, Tele-Man pas� por un punto equidistante entre una c�mara y �l y, aprovechando la ocasi�n, el hombre del saco Mancini quir�rgicamente adherido al torso realiz� la acrob�tica maniobra de acerc�rsele sin dar nunca del todo la espalda al teleobjetivo y le lanz� un �Hola, �c�mo est�s?�, al tiempo que manoteaba su mano derecha. Obviamente, Pablo nunca antes hab�a cambiado palabra con este m�rtir de la gesti�n cultural y se�ero prohombre de los negocios vicegubernamentales. Pero este detalle no desalent� al efusivo calvo.
Para los periodistas, cineastas, aspirantes a cineastas y aspirantes a periodistas presentes, el Cine fue el tema obligado de la noche. El debate que calent� el ambiente puede enunciarse como ��es posible entrar a la funci�n de Los Guantes M�gicos con credencial de prensa pero sin invitaci�n?�. Mientras se dirim�a esta cuesti�n, algunos semi-famosos hac�an como que escuchaban a la caracter�stica persona-de-menor-importancia que suele acerc�rseles en estos eventos al tiempo que giraban sus cabezas como Linda Blair en El Exorcista en busca de miradas que los identificaran. Los demi-semi-famosos, por su parte, trataban infructuosamente de explicar quienes eran a alg�n invitado extranjero y los cuasi-demi-semi-famosos reacios a cumplir el rol de la persona-de-menor-importancia no ten�an m�s remedio que circular, ostentando la urgencia de la gente ocupada en cada nueva vuelta al peque�o sal�n. Los hipo-cuasi-demi-semi famosos -mi categor�a, si no me equivoco- s�lo pod�amos rogar por la aparici�n milagrosa de un amigo, familiar, compa�ero del trabajo, vecino o ex compa�ero de la primaria/secundaria/facutad que nos rescatara de la ignominia de tener que hojear el cat�logo completo una vez m�s. Por suerte, antes de vernos obligados a afrontar la cruel verdad de que no ten�amos con quien hablar, una hilera de gente sali� rumbo a las salas.
Los guantes m�gicos
Antes de la pel�cula de Rejtman dieron el multipremiado corto El hombre sin cabeza, dirigido por Juan Solanas, el hijo de Pino. M�s que cine era un comercial sobre el buen ojo de su director para las im�genes retrofutubarrocal�pticas al estilo Jeunet-Caro o Gillian. Era un corto con mensaje y su mensaje era: �imaginen lo que podr�a hacer su tuviera un gui�n�. (Tambi�n algo relacionado con �ser uno mismo� o algo as�, �no?).
Los guantes m�gicos vuelve al universo paralelo de Silvia Prieto, aunque con una dosis mayor de humor. Silvia Prieto hab�a sido un salto, la evoluci�n del Rejtman de Rapado. Aqu�, ese salto no se reproduce: vuelven los no-personajes que se obsesionan con un evento �nfimo, vuelven las repeticiones, la circulacion de objetos, de mercancias del medio pelo argentino entre unos y otros. Todos hablan igual (el caracter�stico �deadpan delivery� al estilo Hal Hartley, pero aqu� mucho m�s neutro), todos tienen el mismo car�cter, a todos les pasa lo mismo (uno se separa, luego el otro; uno se deprime, luego el otro; uno vende un auto, otro se lo compra y luego se lo vuelve a vender y asi). Son personajes en cuanto funciones del relato, pero no en el sentido m�s cl�sico de una voz o una psicolog�a particular. Esto, claramente, no es un defecto, sino lo que a Rejtman le interesa. Sus pel�culas s� tienen una voz propia, pero su estilo es un conjunto de recursos tan presentes, tan puestos en primer plano que, aunque indudablemente funcionan, me parece que tienden a agotarse r�pido: �cu�ntas pel�culas m�s como �sta puede hacer Rejtman antes de que empiece a ser percibido como �m�s de lo mismo�? A pesar de la iron�a y la deliberada total ausencia de emoci�n en la pantalla, hubo una escena que me conmovi�: Vicentico vende su Renault 12 pero va por la noche a la concesionaria y, desde el otro lado de la vidriera, con su llavero con control remoto, abre y cierra el seguro de las puertas del coche (es la versi�n Rejtman de la vieja escena en la que el chico va al zool�gico y ve, resignado, a su antigua mascota entre rejas). Creo que LGM es una pel�cula con algunos momentos mejores que cualquier cosa de Silvia Prieto pero, en conjunto, me parece inferior.
Despu�s de la pel�cula fuimos a la primera de las muchas fiestas que promete el festival. Esta fue en el Garage Argentino. Apenas entramos, un amigo cuyo nombre vamos a velar pudorosamente nos advirti� �cuidado, ac� las drogas son de p�sima calidad�, mientras sacaba un dedo ensangrentado de su fosa nasal izquierda. �Ug! De todos modos, la �nica droga que nos apetec�a eran unas patitas de pollo frito que circulaban en bandejas por todo el local (por tratarse de canap�s, era un buen catering, hay que decir). Nos encontramos con m�s amigos e hicimos citas para ver pel�culas -que probablemente ninguna de las partes cumplamos. Mientras orbit�bamos por el cuarto, desplegando nuestra caracter�stica falta de encanto, la gente linda bailaba temas de C. Lauper y disfrutaba de la velada ignorando la crueldad del mundo. Pocos minutos m�s tarde, me fui a dormir.

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