jueves, julio 15, 2004

Ensayo bonsai II, by Fabi�n Casas

Sobre la avenida C�rdoba, cerca de mi casa, hay un peque�o mercadito. Este lugar es, para m�, un monumento a la memoria viva de mi estupidez. Porque ah�, antes de la debacle del diciembre delarruista, estaba una de las m�ltiples sucursales del Banco Franc�s. Donde me daban tasas alt�simas por los dep�sitos y yo me pon�a contento. Y se sabe que un Sebregondi contento es un Sebregondi con-tento. Los que no se levantan cada ma�ana pensando en conquistar el mundo o mirando la planilla del rating, cuando chocan con el imperio pirata-econ�mico salen hechos mierda. Hoy, cuando veo el mercadito, pienso que no quiero ahorrar nada para la vejez, que no quiero que nadie me descuente nada para el futuro y que estoy podrido de los mensajes autoritarios de la publicidad (uno top es la propaganda de seguros de vida del imb�cil de Andino). Y recomiendo para esa �poca que inevitablemente viene cuando empezamos a comer papilla y usar pa�ales again, la �nica prevenci�n de tener ya comprado un buen rev�lver y pegarse un tiro. Tambi�n aconsejo no cometer la estupidez de reproducirse. Basta con mirar el subte en la hora pico para saber que ya somos demasiados, �no?

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